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Pl​á​stico Polaco

by Plástico Polaco

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1.
Lado A 15:00
2.
Lado B 13:43

about

1.
Había un paraíso sin ventanas a las orillas de Barcelona. Al lado había una autopista, pero adentro del paraíso no se oía el zumbido de los coches, sino los golpes insistentes de varios bateristas de grupos de metal. Se oían, aunque ensordecidos por las gruesas paredes del paraíso. No había ventanas, pero se abrían ventanas en la pantalla del ordenador que allí vivía. Casi cada día, Gregorio iba al paraíso y prendía el ordenador. Y con él hacía sonidos. Tejía algoritmos y los ponía a jugar, y los grababa y re-grababa. Eugenio fue también, era el mes de mayo del 2018. Llevaba un cajón peruano, Gregorio le mostró el chinchinero, pero nunca aprendió a tocarlo como se debe. El poder telúrico de la percusión fue atrayendo todo tipo de objetos: metálicos, de madera, de plástico, de cualquier material que sonara al ser golpeado. Y así empezó el vacilar, entre cajas, resonancias y vibraciones, Gregorio percutiendo, Eugenio percutiendo, el algoritmo y sus ventanas resonando e improvisando. Grabaron varias pistas, sin ensayo y con errores, y esto fue lo que quedó. Un vacilón de a tres, huateque batucada bailongo electro-cumbión bizarro hiper cósmico semi-humano, harto lisérgico. Y al salir se fueron a un bar de chinos, comieron bocadillos de tortilla y lomo, y varias varias chelas-birras bien frías, que para esas fechas ya empezaba el calor.
2.
En ese sentido era un paraíso sin ventanas en el fitólogo de Barcelona. De lado a lado había una carretera, pero en el exterior, el Shangri-la no podía percibir el ruido de los coches, sino el desperdicio imperativo de los tambores de adorno. Se podían escuchar, aunque sordos en medio del terraplén del paraíso. Allí no había ventanas, pero el sistema operativo que bosteza al experto examina los cincuenta y cuatro que hay allí. Casi todos los días, Gregorio fue a la tierra prometida y giró en la computadora. Y con ella hacía sonidos. Hizo fórmulas y las organizó para jugar, y las grabó y volvió a grabar. Eugenio fue también, fue el mes calendario del mes calendario gregoriano de 2018. Llevaba una caja peruana, Gregorio lo imaginó en el chinchinero, pero él siempre sabe cómo la piel lo percibe correctamente. La tierra telúrica de la percusión no atraía variedad de objetos: metal, madera, plástico, algún aplicador tan profundo cuando se golpea. Y así comenzaron las vacilaciones, entre cajas, relaciones y vibraciones, Gregorio percutiendo, Eugenio percutiendo, la regla algorítmica y sus ventanas reverberantes e improvisando. Hicieron una lista de algunas pistas, sin esfuerzo y error, y esto fue lo que quedó. Un vacilón de a tres, huateque batucada bailongo electro-cumbión bizarro hiper cósmico semi-humano, harto lisérgico. Y cuando se fueron, fueron a un bar de lengua sinítica, comieron tortillas y cortaron sándwiches, y varios presores chelas-birras, que por lo tanto habían encendido el fuego.
3.
Así era una tierra prometida sin Windows en la vida científica de Barcelona. Inclinarse a horcajadas en ese lugar era una carretera, pero afuera, el cielo no podía ver la sensación auditiva de los autos, sino el golpe de adulteración de los tambores decorados. Se podía escuchar, a pesar de la gente en el punto del tiempo de la colina del paraíso. La ubicación no tenía ventanas allí, pero la intensidad de la sustancia en funcionamiento era lo que el experto buscaba. Prácticamente todos los días, Gregorio fue a la agricultura segura y se molestó en la computadora. Y con ella él deshace los sonidos. Deshizo la leche y la reorganizó para que juegue, y la grabó y grabó de nuevo. Eugenio también fue, fue el mes de la lista de la unidad de tiempo de la lista de papas de 2018. Llevaba una caja de nación sudamericana, Gregorio la imaginó en el chinchinero, pero nunca pudo someterla a lo correcto. El conector telúrico de la sección de percusión no atraía una gran variedad de objetos: metal, madera, plástico, pocos dispositivos tan ingeniosos cuando golpean. Y así comenzaron las vacilaciones, las cajas entre dos, las relaciones familiares y las vibraciones, la percusión de Gregorio, la percusión de Eugenio, el palillo de medición algorítmico y su sistema operativo en vivo en la improvisación. Lograron mover algunas pistas, sin causa ni error, y esto fue lo que quedó. Un vacilón de a tres, huateque batucada bailongo electro-cumbión bizarro hiper cósmico semi-humano, harto lisérgico. Y cuando se fueron, fueron a una barra de comunicación de voz en idioma sinítico, comieron pastel de franela y sándwiches sin juntar, y varios presidentes de chelas-birras, la agencia de la ONU había encendido el fuego.
4.
Este fue un prometido offshore de Windows en la experiencia tecnológica de Barcelona. La propensión a esa velocidad era una carretera, pero afuera, la aventura no podía encontrarse con el adepto audible de los autos, sino con la respiración del cambio de los tambores brocados. Podrías enfocarlo, pero no te gusta la línea familiar en el medidor de Paradise Hill. El trabajo no tenía ventanas allí, pero la propiedad sonora de la médula en cómputo era para lo que el adepto estaba sonando. Casi todos los días, Gregorio fue a clase a salvo y se quedó perplejo ante la computadora. Y con eso, deshace los sonidos. Aflojó la alimentación y la organizó para jugar, la conservó y la filmó de nuevo. Eugenio fue también en el periodo de tiempo de la punta del objeto de plazo del ángulo de papas de 2018. Llevaba un caso de la nación estadounidense Dixieland, Gregorio lo imaginó en el chinchinero, pero nunca pudo relegarlo a la cosa de la derecha. El conector de objetos de la parte de percusión no repelía una diferencia de objetos con niños: metal, madera, plástico, tendencia de grupo de élite tan ingeniosa que golpea. Y así fueron las dudas, las cajas partidas, las relaciones de los taxones y las vibraciones, la percusión de Gregorio, la percusión de Eugenio, la puesta de medida heurística y su carga en la operación de improvisación. Lograron salir muchas pistas, sin tener ni error, y esto fue lo que quedó. Un vacilón de a tres, huateque batucada bailongo electro-cumbión bizarro hiper cósmico semi-humano, harto lisérgico. Y cuando se fueron, se acercaron a un sonido de comunicación obturado en el idioma de la lengua sinítica, comieron sándwiches de tela y sándwiches sin categorizar, y varios ejecutivos de negocios de chelas-birras, la agencia de la ONU lo incendió todo.

credits

released May 30, 2018

Eugenio Tisselli: cajón peruano, chinchín
Gregorio Fontén: percusiones varias
Algoritmos: efectos, bajos y variaciones de texto (véase "about this album").
Grabado en El Paraíso sin Ventanas, Barcelona 2018.

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